La historia de este equipo se empezó a escribir en el verano de 2015: un grupo de amigos de instituto decide llevar su amor por el fútbol sala y su amistad a competir en una liga local amateur cada fin de semana. Todos sabemos que el mero hecho de competir no es para cualquiera, y que en todo grupo deportivo siempre hay jugadores que se toman más en serio cada partido, otros que solo quieren pasarlo bien, y otros que simplemente es una manera de poder hacer un poco de ejercicio diario. Es ley de vida.
Nuestro equipo se fue forjando año a año en un entorno sano y empático. Cada compañero debe dar su mejor versión (deportiva pero sobre todo humana) por el bien común. Respeto hacia el rival y la liga; respeto y cariño hacia nuestros patrocinadores y a nuestra afición fiel de cada fin de semana. Amor por el fútbol sala y por mejorar semana tras semana, tanto individual como colectivamente.
Y sobre estas bases claras e inamovibles, nada podía salir mal: empezaron a unirse jugadores, pero sobre todo personas maravillosas dispuestas a hacer crecer cada año este precioso proyecto, un proyecto de equipo realista en el que se busca la victoria, pero sobre todo el disfrutar compitiendo juntos, unidos, como el gran equipo que somos, dentro y fuera de la cancha.
A cada integrante que ha pasado o permanece en el equipo se le ha agradecido el haber aportado su granito de arena. Todos han contribuido a conseguir grandes logros deportivos. También a nuestros patrocinadores que han sostenido y sostienen cada año el poder competir de la mejor manera posible.
Tras 9 años de equipo unido, Felipe y Andrés se preguntaron… ¿Por qué no convertimos el equipo en club? ¿Qué nos frena a dar un paso que simplemente plasma nuestro día a día de manera oficial? Es así como un 21 de septiembre de 2024 se forma mediante una Junta Extraordinaria la primera cúpula directiva, formada por 8 integrantes, y bautizando para siempre al EMBRUXO FUTSAL CLUB, que no hará otra cosa que seguir el mismo camino, el del trabajo en equipo por encima de todo.